¿Cómo te hablas cuando estás en silencio?

21.02.2022

No es una pregunta capciosa. Lejos de eso... Los pensamientos son palabras que aturden nuestra mente, y muchas veces condicionan nuestra forma de actuar. Sí; pensamos de acuerdo a lo que creemos. Y creemos de acuerdo a lo que hemos vivido, a nuestras primeras experiencias en este mundo. Las experiencias no nos determinan. No determinan nuestra vida, ni nuestra forma de vivirla. Pero las experiencias muchas veces nos condicionan a la hora de actuar, en el momento de elegir. ¿Por qué? Porque muchas experiencias traumáticas, fuertes y dolorosas nos hacen elegir desde el miedo, desde la inseguridad, desde la idea latente de que "me voy a volver a equivocar". También es cierto que para que las experiencias del pasado no determinen nuestro futuro debemos repensar en aquellas cosas que hemos transitado y vivenciado; ser conscientes de qué cosas hicimos las cuales podríamos hacerlas distintas esta vez. Hacer consciente lo inconsciente es central para poder ir adquiriendo de nuestras propias vivencias el potencial que cada una de ellas posee, para que nos desarrollemos como quienes somos. Y sí, entrenar nuestros pensamientos requiere primeramente de ser conscientes de cómo pensamos y del contenido de los mismos. Este tipo de "gimnasia mental" se adquiere en ámbitos como los espacios psicoterapéuticos. 

Nos pensemos con amor

Los humanos nos vamos configurando de acuerdo a la información disponible en el ambiente en el cual estamos inmersos. Somos pasivos en primera instancia, hasta que podemos tener el espacio psíquico para pensar lo propio, lo que no vino dado por el contexto, pero que de alguna manera se entreteje con este. Escojamos pensamientos que nos hagan amigarnos con nosotros mismos. Pensamientos positivos, pero no irreales. Pensamientos que tienen que ver con aquellas esferas de nuestra vida en donde nos sentimos a gusto, donde hemos logrado celebrar logros.