"En nombre del Amor"
En el nombre del amor se han visto las maravillas y las atrocidades más grandes que podemos describir. A diario, en "nombre del amor" se vulneran derechos; se abusan consciencias y se destruyen autonomías. A lo largo de la historia de la humanidad se han observado cómo los afanes y sed de poder, de control y de sometimiento ha levantado pueblos contra pueblos, naciones contra naciones; familias contra familias. En nombre del amor hoy en día se anulan los sentimientos del otro. Emerge en el léxico de la gente la palabra "psicópata", como causal de la barbarie social de falta de amor que cada día se hace más palpable. Somos de la generación donde la palabra no vale tanto; donde las promesas se rompen ante alguna eventualidad. Somos de la generación que se jacta de poseer derechos, pero derechos que atentan indefectiblemente contra los derechos de un otro. Somos de este Siglo, donde la información y el acceso a la misma está a solo un clic de distancia, pero carecemos de criterio para evaluar lo que nos pasa, y reconocer cuando necesitamos ayuda. Donde no hay lugar para sentirse mal, ni para el error... La tolerancia a la frustración pareciera que forma parte de una colección de Disney, porque es un concepto que hoy por hoy se constituye como un concepto un tanto abstracto... más del orden de lo fantasioso. Y sigue resurgiendo lo que en el nombre del amor se hace. Porque "te ama" te controla; porque "te ama" te dice lo que tenes que hacer y cómo tenes que hacerlo. Porque "te ama" te cela con tu amiga/o. Porque "te ama" te desprecia delante de quienes estén. Y sí... en el nombre del amor los padres descargan la ira sobre sus hijos, los insultan, maldicen y reproducen en el vinculo su propia historia no resuelta, su propia niñez donde sus emociones no fueron alfabetizadas...Y hoy son adultos que se sientan en sesión y lloran por lo que no fue... Y en el nombre del amor se abusa de la autoridad, de la confianza y hasta del cuerpo del otro. En el nombre del amor se perpetúa el modismo de la ausencia, de la ambivalencia de "estoy pero no estoy", donde el abuso de tecnologías mella toda comunicación. Y se naturaliza esa manera de estar y ser en la vida. Y es así que se vive casi al día en materia de gestar vínculos sanos y saludables.
El amor sano se acompaña con libertad, con confianza y compañerismo. Los límites son parte del amor sano, pero es un tema a desarrollar en otra oportunidad.