El ¿vacío? de los logros.
Muchos verán disparatado el enunciado del título, pero muchos otros podrán recordar cómo se sintieron o qué les pasó luego de obtener algo por lo que habían luchado mucho. Yo lo llamo el "vacío" del logro. Es una sensación un tanto extraña y difícil de explicar, pero que es más común de lo que uno cree. Pasa en variados estratos sociales, es decir, que no está determinado por la posición económica. Pero sí es más frecuente que esté presente en aquellas personas en donde su nivel de autoexigencia es muy alto, o en aquellas personas que durante su niñez no recibieron la afirmación ante un logro , o donde no se le daba valor al progreso de adquirir habilidades. Todo esto se sostiene desde una creencia o pensamiento un tanto rígido, en donde no se concibe otra manera de vivenciar lo que ocurre.
Lo cierto es que vivimos en un mundo que mayoritariamente no permite equivocarse, dudar, o "abandonar". Cada vez que una persona decide tomar un rumbo distinto al que su contexto considera "correcto", deviene cierto desdén, cierta preocupación por lo que ha de venir para esa persona. Somos amigos de lo seguro, y esto aplica a todo. El miedo a lo incierto paraliza... Y así tenemos generaciones de personas que no han salido de su zona "segura" porque justamente esto representaba lo bueno, lo conocido, y por cuanto conocido, manejable. Aquí converge el bagaje cultural, social y familiar; lo propio y lo ajeno entretejidos, dando forma y modelando al psiquismo, al sistema de creencias. Todo esto puede decantar en formas rígidas de pensamiento, gestando conceptos más bien dicotómicos o extrapolados. Con esta base de pensamiento, el alcanzar metas o establecer las mismas, son parte del propio mandato interiorizado, por tanto, al alcanzarlas siguen buscando satisfacer a un otro que mira, a un otro que se ha interiorizado como siendo de uno. ¿Qué mirada estás buscando impresionar cada vez que logras algo? Para pensar...