Pausas necesarias...
Sí. A veces todo cuesta un poco más de lo que habitualmente puede llegar a costarnos realizar las actividades y cumplir con los compromisos asumidos. Muchos me han preguntado en el espacio terapéutico si es normal que esto ocurra. Hablar de una manera inflexible y determinista respecto a estas cuestiones es peligroso. Los conceptos que se abordan con cierta rigurosidad permiten que cuestiones significativas muchas veces se pierdan de vista, y por ende, no se las considere y tampoco se las aborde como consideramos esencial que se lleve a cabo, sobre todo cuando estamos hablando de salud mental.
Soy de aquellas personas que les gusta poder tener un escenario global que exponga la red de contención (en el caso de que la tenga) y del contexto social en el que está insertada (o no) la persona que consulta. Todo nos habla, y todo se hilvana en el relato de dolencia mental de cada uno. Mucho resuena inmediatamente, y mucho termina encastrando perfectamente con el correr de las sesiones. Cada sentir del consultante, tiene un significado de acuerdo al contexto y lo actual que lo atraviesa. No podemos escindir a la persona de su entorno, porque como sistema abierto que somos los seres humanos, el ambiente nos afecta, y nosotros afectamos al ambiente.
Muchas veces se necesitan estos momentos de, como suelo decir, entrar a boxes. Quienes han visto carreras de F1, saben cuan necesarios son las paradas en boxes. A quienes sufren de ansiedad, estas paradas les resultará tal vez en pérdida de tiempo, pero si uno se enfoca en los beneficios largoplacista implicados en estas paradas para rever cómo estamos, qué camino estamos transitando; o si estamos yendo en el camino que nos asegura alcanzar lo que deseamos. Nos estamos dando la posibilidad de ajustar, de decidir, o de aún hasta elegir otra cosa. Y en el mientras podemos sentir que se nos está haciendo difícil o costoso el mantener y sostener ciertas cosas. Pero son temporadas. Debemos aprender a reconocer en nuestras vidas la temporada que estamos atravesando. Hay temporadas que requieren mayores recursos para afrontar la cotidianidad, y otras donde podemos llevar la rutina de una manera más laxa. Pero poder reconocer en qué temporada estamos va a ayudarnos a comprender el hecho de que va a haber momentos donde nos puede costar un poco más, pero que estamos en un estadío, y como tal, el mismo pronto cesará.